en la cuenta atrás...

stop

¿Hablaba en chino? Daniela estaba empezando a preguntárselo a sí misma. Y además seriamente. ¿Tan difícil era de entender lo que la pasaba?.



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Bla, bla, bla...

Golpeaba a las piedras a su paso. Andaba mirando al suelo y a la vez a ninguna parte. Dieciocho. Sólo le quedaba una semana para cumplirlos y aún se preguntaba si estaba preparada para ello. A ella nunca le habían gustado los cambios, siempre le había costado adaptarse a ellos, aunque fuesen para mejor. Aún recordaba entre sonrisas aquel enfado cuando sus padres decidieron comprar un coche nuevo y dejar de lado el viejo, con el que ella había pasado sus primeros catorce años de existencia, ese era su coche. Parte de su infancia. O como había crecido con unos cuentos y un buen día, los regalaron. Parte de su infancia también.

Ella no está segura de estar preparada para dar el gran salto, el de pasar de niña a adulta, el de empezar a tomar decisiones importantes y hacerse cargo de las consecuencias de sus actos. Tanto tiempo deseándolos y cuando por fin está casi rozándolos con los dedos se da cuenta de que en realidad no eran tan importantes, que no aportan ningún beneficio y que hay muchas desventajas. Que las cosas divertidas que puede hacer con dieciocho también los puede hacer con diecisiete y que el cambio, aunque ella siga siendo la misma, y la situación sea la misma, e incluso la gente… todo va a cambiar. Que va a empezar una nueva etapa y va a dejar otra para no volver a ella, una etapa que va a cerrarse para siempre el 24 de abril a las 23:59.

¿Soy yo la única que piensa ésto? ¿Soy el bicho raro? ¿Algo no funciona bien en mi cabeza?